Una cocina es un artefacto para cocinar alimentos que puede funcionar mediante diversos combustibles o por electricidad.
Las cocinas modernas tienen una serie de fogones (llamados «hornillas» u «hornallas» en Argentina y Uruguay, «hornillos» en Centroamérica, «hornillas» en Perú, Bolivia y Venezuela, «quemadores» en Chile y España, e «infiernillos» en España, estos dos últimos en España, cuando son de gas, con fuego), y pueden incluir uno o más hornos y un asador.
Según el modo de cocinar los alimentos, una cocina es capaz de hervir, cocer, freír, asar o fundir. Los alimentos se cocinan por lo general mediante utensilios de cocina (como ollas, sartenes, cazuelas o parrillas).
Tras el invento de las estufas eléctricas, que usaban la electricidad por efecto Joule para el calentamiento, se aplicó la técnica a los fogones, mediante resistencias arrolladas helicoidalmente en una base de material cerámico y, más adelante, mediante resistencias blindadas o embutidas en una placa metálica.
En los últimos modelos la resistencia está embutida en un vidrio especial. Se les llama cocina vitrocerámica. Las hay de varios tipos, vitrocerámica normal, halógena o de inducción. Esta última no calienta la superficie del vidrio, solo produce calor a objetos metálicos colocados encima.
La gran ventaja de estas cocinas modernas es que la superficie de vidrio es muy fácil de limpiar, y la cocina es una actividad que suele generar bastante suciedad, por salpicaduras o derrames.
El sistema más reciente de cocina eléctrica es la de inducción